martes, 7 de mayo de 2013

1 de Mayo 2013
Día Internacional del Trabajo:


MUJER Y EL TRABAJO FUERA DEL HOGAR:


El 1ro. De mayo de cada año, se celebra el día Internacional del Trabajo.  Es una jornada que se ha utilizado habitualmente para realizar diferentes reivindicaciones sociales y laborales.


Desde su establecimiento en la mayoría de países, por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto culminante tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. En la actualidad es una fiesta reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general, y se celebra en muchos países.


Para esa época, el trabajo era una actividad exclusiva del hombre, la mujer aun estaba rezagada al trabajo del hogar, aunque muchas se atrevieron a trabajar fuera del mismo.


Con el paso de los años, la sociedad se ha ido transformando con el fin de dar un aliento de aire a la mujer que, hasta entonces, era relegada a un segundo plano donde ni siquiera su opinión importaba. Ahora bien, ningún avance vino de forma gratuita sino mediante un inmenso esfuerzo y gracias a una multitud de voces femeninas que, a golpe de tacón, recorrían por las calles exigiendo una igualdad frente a los hombres.La transformación de la forma de vida y una economía que exigía mayores ingresos por su competitividad implicó que la mujer fuera insertándose en el mercado laboral teniendo que demostrar que su valía era igual o superior a la de su compañero.


Así, hoy en día, a nadie le extraña ver a una mujer con un cargo de directivo y se olvida que la fuente de ingresos que el sexo femenino trae al hogar no es “complementaria” sino eminentemente necesaria.


No obstante, la mujer sigue siendo objeto de discriminación en cuanto a la doble jornada laboral que debe afrontar. Por un lado, el trabajo, donde obtener los mismos ingresos que el hombre supone dejar el aliento en la oficina y por otro lado, y para recompensarla, llegar al hogar y desempeñar las responsabilidades domésticas.


Hoy en día, la mujer trabaja al igual que el hombre, en iguales condiciones, realizando el mismo rol, debido a que los estudios universitarios son los mismos. No obstante, en muchas ocasiones, aunque realice el mismo trabajo, el pago es menor que el del hombre, aunque haga lo mismo; recordando con esto, que la sociedad ha visto al hombre como el proveedor del hogar y a la mujer como consumidora.


Sin duda que hoy, lo políticamente correcto es empeñarse en que todas las mujeres trabajen fuera del hogar, sean profesionales independientes y traten de lograr lo que se suele llamar conciliación del trabajo y la familia, es decir, sin dejar de trabajar en el hogar. (Roberto Grao García).


Otras mujeres, por sus estudios medios o superiores (abogadas, médicas, jueces, artistas, secretarias, cajeras, contadoras, maestras, arquitectas, etc.), pueden lograr esa conciliación, o bien obteniendo un trabajo en la Administración local, provincial o nacional que, por sus características, les permite alcanzar esa conciliación laboral-familiar, con relativa facilidad. (Roberto Grao García).


Pienso, que esa conciliación debería ser ayudada por la pareja. Muchas mujeres llegan al hogar después de una larga y pesada jornada de trabajo a realizar otra jornada en el hogar (Cuidar de los niños/niñas, hacer los alimentos, ayudar con las tareas escolares, lavar la ropa, asear la casa, lavar los platos, ir al supermercado, entre otros), sin encontrar la ayuda de la pareja o de hijos/as en edad de realizar algún oficio en el hogar.


Aun así, muchos hombres reclaman que no son bien atendido por su pareja, las insultan y las ofenden diciéndole que no dan para nada. Pero que más hacer si al día siguiente vuelve a lo mismo sin descansar.

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